Voluntarios universitarios transforman La Playa: 9.000 m² de espacio público para educar sobre biodiversidad y resiliencia al cambio climático – Desde dentro
en la comuna Playaen los bancos Pantano Mallorquín, La arquitectura ya no sirve sólo para planos y maquetas, precisamente

en la comuna Playaen los bancos Pantano Mallorquín, La arquitectura ya no sirve sólo para planos y maquetas, precisamente porque se ha convertido en diálogo, diversión y aprendizaje compartido. Hay profesores, estudiantes y voluntarios. creado junto con niños y familias de pescadores. un espacio público que no sólo pretende mejorar la calidad de las ciudades, sino que también educa sobre la biodiversidad y la resiliencia al cambio climático. Son 9.000 metros cuadrados un territorio que ha sido reimaginado como un lugar de lectura, convivencia y restauración de manglares.
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La iniciativa surge del curso. “Talleres urbanos 1: Urbanismo y espacio público” de la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (EAUD) Universidad del Norteque este año se ha consolidado como una experiencia académica con sello social. En coordinación con el programa. No voluntarios y sus proyectos Tema Y estoy leyendo23 estudiantes de arquitectura, 15 niños y niñas de la comuna y ocho talleristas trabajan con asociaciones de pescadores como ASOPECMA y ASOLAYA— en el codiseño de propuestas para mejorar el espacio público y el entorno natural.
El proyecto se desarrolla en el marco de un enfoque de investigación accióndonde el aula se extiende más allá del campus y se instala en la realidad urbana y ambiental de La Playa. “Basándonos en estos talleres, vemos la clase como un amplio espacio que se extiende más allá del campus universitario y se integra con la dinámica real de la ciudad”, explican los docentes e investigadores Carlos Bueno (M.D.) y Martha Castilla (M.A.), líderes de la experiencia.
Los niños participan en una dinámica que combina la vida urbana con la formación ecológica. Foto:Universidad del Norte
La propuesta conecta Planificación urbana, arquitectura del paisaje y metodologías participativas. hacer que la ciudad, las calles y el paisaje de manglares se conviertan en escenarios de aprendizaje significativo. El objetivos Si fortalecer apropiación del espacio público como bien común i construir ideas colectivas sobre la restauración del ecosistema de Cienaguero.
Lectura y desarrollo sostenible como ejes pedagógicos
Uno de los elementos característicos del proyecto es el uso de la lectura como herramienta de encuentro y sensibilización. A través de actividades lúdicas y talleresLos niños participan en una dinámica que combina la calidad de vida de la ciudad con la educación cívica y ecológica. «Nuestro compromiso es contribuir junto con la comunidad en estrategias de acción climática para transformar las ciudades a través de la investigación-acción y propuestas urbanas», dice el profesor Carlos, quien enfatiza la importancia de involucrar al mundo académico en Desafíos globales de sostenibilidad en contextos sensibles. como la Ciénaga de Mallorquín.
Por su parte, la profesora Marta destaca que estos procesos nos permiten entender la arquitectura no sólo como una práctica de diseño, sino como una herramienta de mediación social, cultural y ambiental. “Es fundamental que los estudiantes tengan experiencias en las que la arquitectura esté conectada y dirigida hacia la comunidad. resolviendo problemas reales– afirma.
La propuesta combina diseño urbano, arquitectura paisajística y metodologías participativas. Foto:Universidad del Norte
Esta experiencia dejó un impacto en los estudiantes y sus familias. Para Isabella Paz, participante del taller, este proceso fue enriquecedor: «Durante nuestras visitas, notamos que los niños tenían cada vez más ideas.. «Les contamos mucho sobre el proyecto que queríamos implementar y los animamos a presentar sus propias propuestas para hacerlo sostenible y seguro».
Los niños también se convirtieron en héroes activos. Jaqueline, la mayor del grupo, resume el espíritu del proyecto: “Hay que cuidar los manglares, los pantanos, no tirar basura y cuidar siempre a nuestra comunidad.La madre de Matías, uno de los más pequeños, valora la influencia en el desarrollo del niño: “Este espacio creado por estudiantes y Univoluntarios es fundamental para el desarrollo de nuestros niños. Les ayuda a desarrollar la motricidad y la convivencia.
Proyecto conjunto y resultados medibles
El trabajo de campo incluye viajes de exploracióntalleres de cartografía social, ejercicios de recogida de datos y actividades creativas como talleres de fanzine dirigidos por la profesora Marta Rodríguez de diseño grafico. También se están desarrollando propuestas de mobiliario urbano y paisajismo enfoque ecológico y soluciones basadas en la naturaleza.
Como resultado, se crearon 69 fichas de diseño, 23 planos de mobiliario urbano, 16 fanzines, 16 maquetas y cinco intervenciones artísticas que revelan la estructura colectiva del hábitat. Las propuestas cubren cuatro partes clave del municipio, que incluyen: Áreas destinadas a parques, vías de comunicación, plazas y espacios públicos.priorizando actividades para niños de 6 a 10 años.
El proyecto se implementa con base en un enfoque de investigación-acción, que implica trasladar las actividades del aula fuera del campus. Foto:Cortesía de Prensa Universidad del Norte
Este proyecto incluye un compromiso institucional con participación ciudadana y desarrollo sostenible. Al integrar la educación vocacional con las actividades sociales, Universidad del Norte promueve un modelo educativo que combina el conocimiento con la transformación social y Cuidar los ecosistemas costeros.
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Con tantas menciones al cambio climático, iniciativas como ésta demuestran que La arquitectura puede ser un puente entre la academia y la comunidad.entre ciudad y naturaleza. En La Playa, este puente se materializa en un espacio público de 9.000 metros cuadrados que no sólo fue diseñado sino Son soñados y construidos juntos.
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Son 1.400 familias de 26 procesos organizacionales. Foto:



