¿Por qué los autos estadounidenses no se venden bien en Japón?
Los automóviles clásicos estadounidenses, que se caracterizan por sus líneas elegantes y su cromado brillante, son un verdadero deleite

Los automóviles clásicos estadounidenses, que se caracterizan por sus líneas elegantes y su cromado brillante, son un verdadero deleite para los amantes de los vehículos en Japón. Esta fascinación es personificada por el aficionado Yosuke Fukuda, quien observa la situación del mercado automotriz con especial atención. Sin embargo, es un hecho que Es muy raro ver nuevos vehículos del país de América del Norte.
En este contexto, los japoneses muestran su preferencia por los vehículos de fabricación local. Toyota es el segundo fabricante con más ventas en los Estados Unidos, logrando el impresionante número de más de 2.3 millones de vehículos vendidos en 2022. Esto subraya el cambio significativo en el mercado automotriz.
En contraste, las cifras de ventas del líder de la industria estadounidense, General Motors, son preocupantes. La compañía logró vender solamente 587 Chevrolets y 449 Cadillacs en Japón, lo que subraya la difícil situación que enfrentan en el país asiático. Otro gigante estadounidense, Ford, decidió hace casi una década abandonar el complicado mercado japonés, lo que refleja la complicada dinámica que existe entre estos mercados.
Toyota. Foto:Tejer
No se trata solo de una resistencia hacia las marcas extranjeras; por ejemplo, los fabricantes alemanes Mercedes-Benz y BMW han logrado colocar más de 50,000 vehículos cada uno en las carreteras japonesas en 2024. Esto indica que hay un interés genuino por vehículos de otras nacionalidades, siempre y cuando satisfagan las expectativas del consumidor japonés.
El presidente de Estados Unidos ha señalado esta situación diciendo: «No compran nuestros autos, pero tenemos millones de ellos», lo que revela su frustración por lo que considera un trato injusto en términos comerciales. Trump ha intentado revivir la industria automotriz estadounidense, implementando un arancel del 25% en vehículos importados, lo que representa un gran golpe para las marcas japonesas presentes en el mercado estadounidense.
A pesar de la admiración que muchos japoneses sienten por los autos clásicos estadounidenses, en cuanto a vehículos nuevos se refiere, confían más en las marcas locales, como explicó Fukuda en una conversación con el medio AFP. La atmósfera en su tienda Y-Tech, donde las canciones de hip-hop estadounidenses resuenan en los altavoces, contrasta de manera curiosa con el entorno rural de los campos de arroz en el norte de Tokio.
El propio Fukuda tiene un garaje donde restaura algunos modelos clásicos, tales como un Chevrolet Nova Green Silver de 1970 y un Buick Roadmaster de 1954. También posee un SUV moderno de General Motors, un Yukon que resulta complicado de estacionar en las estrechas calles de Tokio.
Sin duda, hay opciones más pequeñas en el mercado, pero los vehículos de las marcas estadounidenses a menudo sirven como una opción de nicho, ya que «casi no hay lugares que los vendan o los reparen», destaca proactivamente Fukuda.
«Bola de tazón»
Yuka Fujimoto, una jefa de agencia de modelos de 42 años, declaró a AFP que nunca consideró comprar un auto estadounidense. Ella menciona que, al final del día, los autos estadounidenses «no se venden muy bien» en Japón, donde los fabricantes locales ofrecen una amplia gama de modelos, especialmente adecuados para familias.
Trump, no obstante, ve este fenómeno como una estrategia consciente de Tokio para restringir el acceso a estas marcas. Muchas de sus críticas están dirigidas hacia los estándares técnicos de seguridad que se requieren en Japón, y ha expresado su frustración al afirmar que hay una especie de trampa. «Colocan una pelota con bolos en seis metros de altura y la liberan en el capó del automóvil. Si el capó está deformado, el auto no puede manejar la prueba,» dijo Trump en 2018 durante su primer mandato.
Desde el Ministerio del Transporte japonés, un funcionario aclaró a AFP que la prueba mencionada nunca involucra una bola de boliche. «Trump puede confundirlo con una prueba en la que un modelo humano es sometido al capó,» comentó el funcionario, mostrando la complejidad de la situación.
Modificar los procedimientos de importación de vehículos puede ser una herramienta de negociación para Tokio en el marco de las conversaciones aduaneras con Estados Unidos. Se ha mencionado que Japón podría ofrecer extender el acceso a un proceso de control simplificado que actualmente se aplica a 5,000 vehículos por modelo por año, según informes de los medios japoneses.
Cambios
Los aranceles propuestos por Trump ya han comenzado a generar cambios en la industria automotriz. Nissan, por ejemplo, recientemente reconsideró sus planes para reducir la producción en Estados Unidos. Al mismo tiempo, Honda está trasladando la producción de su modelo híbrido ciudadano desde Japón a su planta estadounidense. Las marcas estadounidenses, sin embargo, aún enfrentan retos significativos debido a la baja demanda por parte de los consumidores japoneses.
HISASHI UCHIDA, un empleado de una empresa de construcción de 56 años, comentó que su automóvil Toyota «no tiene funciones especiales, pero es fiable.» Esto resalta la preferencia de los consumidores por la confiabilidad y la eficiencia. «Muchos autos estadounidenses no pueden estacionar en espacios de estacionamiento en varias plantas, y su eficiencia de combustible no es buena,» añadió.
Masamitsu Misawa, editor de un importante periódico japonés centrado en el sector automotriz, opina que «los fabricantes de vehículos estadounidenses realmente no están poniendo su mirada en el mercado japonés, que es considerablemente más pequeño que su mercado nacional.» Estas perspectivas ponen de manifiesto el desafío continuo que enfrentan las marcas estadounidenses en Japón, desafiando así los supuestos de Trump sobre el comercio automotriz bilateral.
AFP