Los «productos químicos eternos» ya están en todas partes. Y eso incluye uno de nuestros lugares favoritos: el vino español
Los «productos químicos eternos» han emergido como un tema candente en discusiones relacionadas con la salud pública y la

Los «productos químicos eternos» han emergido como un tema candente en discusiones relacionadas con la salud pública y la conservación ambiental. Estos productos químicos, que se utilizan en una variedad de industrias y productos, están siendo objeto de creciente preocupación debido a su presencia creciente en el medio ambiente. A pesar de su uso común, aún hay una falta de comprensión acerca de los efectos que estos químicos pueden tener tanto en la salud humana como en la biodiversidad de nuestros ecosistemas. La comunidad científica y los defensores del medio ambiente están sonando la alarma sobre los riesgos potenciales que podrían derivarse de estos compuestos.
Químicos «eternos» en el vino. Un estudio reciente realizado por la Asociación Ambiental Pan europeo (Red de acción fase Europa) ha lanzado una advertencia sobre la detección de químicos peligrosos en el vino que consumimos. Uno de los compuestos identificados en el vino europeo es el ácido veterano trifluórico, a menudo conocido como uno de los principales «productos químicos eternos». Este hallazgo ha puesto en evidencia la realidad de que, incluso en productos que consideramos seguros, pueden existir contaminantes preocupantes que afectan nuestra salud.
PFAS y TFA. Los PFA son un acrónimo que se refiere a la categoría de sustancias perfluorizadas y polifluorizadas. Esta amplia familia de moléculas sintéticas comprende aproximadamente 4,700 compuestos, los cuales son notoriamente resistentes. Esta durabilidad se debe a la fuerte unión que forman los átomos de flúor y carbono. Aunque estos compuestos son valiosos en la fabricación de numerosos productos, desde utensilios de cocina hasta pesticidas y productos de higiene, su estabilidad significa que pueden persistir en el medio ambiente durante períodos prolongados. Este hecho plantea preocupaciones sobre su acumulación tanto en la naturaleza como dentro de nuestro organismo.
Es fascinante y preocupante observar que una de las consecuencias de la descomposición de los PFA es el surgimiento de otro contaminante: el vinagre trifluórico (TFA). Este compuesto es precisamente el foco del nuevo estudio, que se ha propuesto analizar el impacto y la extensión de la contaminación por TFA en productos como el vino.
49 vinos. El análisis comenzó con la selección de una docena de vinos austriacos relativamente viejos y se expandió para incluir una variedad de muestras más recientes y de otros países. En total, se examinaron 49 vinos, entre ellos al menos uno de España. Los resultados mostraron tendencias alarmantes en la presencia de TFA, lo que revela un problema más amplio que solo afecta a una región o tipo de vino.
Se observó que los vinos producidos antes de 1988 no tenían rastros de TFA, pero después de esa fecha, los niveles comenzaron a aumentar, mostrando un crecimiento gradual hasta 2010. Durante el periodo entre 2021 y 2024, las concentraciones promedio detectadas en las muestras alcanzaron los 122 µg/L, aunque algunos picos llegaron a los 300 µg/L. Aunque el fenómeno de contaminación afecta a todo el continente europeo, el equipo de investigación afirmó que los vinos austriacos eran los que mostraban una mayor concentración de esta sustancia.
Otro detalle significativo que surgió en el análisis fue la correlación observable entre los niveles de TFA en el vino y el uso de pesticidas sintéticos en la viticultura.
Producción ecológica. El estudio de Pan europeo también reveló que, a pesar de que los vinos de producción ecológica no lograron eliminar por completo la presencia de estos químicos, sí presentaron concentraciones mucho más bajas en comparación con otros tipos de vinos, ofreciendo un rayo de esperanza en la búsqueda de alternativas más saludables.
¿Hasta qué punto son un riesgo? Aún no tenemos un conocimiento completo de los efectos que los «productos químicos eternos» pueden tener sobre nuestra salud. Sin embargo, las evidencias apuntan a que sustancias como el TFA están vinculadas a problemas de fertilidad
. Además, existen otros compuestos en esta familia que han sido asociados con problemas inmunológicos e incluso con un riesgo incrementado de cáncer. Esto sugiere que se debe manejar con precaución la exposición a estos químicos en nuestra vida cotidiana.
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Imagen | Hermes Rivera