Los investigadores chinos querían saber si era posible bloquear Starlink en Taiwán; ahora tienen una respuesta desagradable – Desde dentro
La comunicación se ha convertido en el hilo invisible que sostiene toda operación militar moderna. Las tropas, los vehículos


La comunicación se ha convertido en el hilo invisible que sostiene toda operación militar moderna. Las tropas, los vehículos o los misiles ya no son suficientes: sin una red estable y resiliente, la situación puede complicarse. Durante la Guerra de Ucrania, Starlink demostró ser capaz de mantener conectadas a las fuerzas ucranianas bajo presión y desde entonces ha estado en el centro del debate sobre su papel en escenarios militares. Según el South China Morning PostUn grupo de investigadores chinos vinculados a instituciones de defensa ha examinado hasta qué punto esta red podría resistir un intento de interferencia a gran escala en una zona como Taiwán.
Starlink no es una red satelital típica. En lugar de depender de unos pocos satélites de gran altitud en posiciones fijas sobre el ecuador, consta de miles de pequeños satélites que orbitan la Tierra a bajas altitudes y siguiendo rutas cambiantes. Esta arquitectura permite que un terminal en tierra no siempre se conecte al mismo satélite, sino que cambie entre varios en cuestión de segundos, formando una red flexible que es difícil de interrumpir. Este comportamiento dinámico explica en gran medida por qué se ha convertido en un elemento clave en los debates sobre la guerra electrónica.
Un experimento de laboratorio. El estudio que cuantifica este escenario se titula «Investigación de simulación de bloqueadores distribuidos contra transmisiones de comunicación de enlace descendente de megaconstelaciones» y apareció el 5 de noviembre en el Chinese Journal. Ingeniería de sistemas y electrónica.. Fue firmado por un equipo de la Universidad de Zhejiang y el Instituto de Tecnología de Beijing, institución con una destacada presencia en la investigación militar del país. Cabe señalar que no se trata de un documento operativo ni de una propuesta oficial del ejército chino, sino de una simulación académica que examina, desde un punto de vista técnico, lo que se necesitaría para intervenir a nivel regional en una red como Starlink.
Una constelación diseñada para evitar disrupciones. El estudio no se limita a describir los terminales que cambian de satélite, sino que analiza cómo este cambio frustra cualquier intento de interferencia sostenida. Si una señal hostil afecta a una conexión, el terminal redirige automáticamente el tráfico a otro satélite visible y la red ajusta el canal y la frecuencia en tiempo real. Esta respuesta, combinada con antenas altamente direccionales que pueden concentrar la señal en puntos específicos, reduce el impacto de los transmisores que interfieren. Los investigadores enfatizan que incluso si una conexión se bloquea temporalmente, la red puede restablecer la comunicación desde un ángulo o frecuencia diferente casi de inmediato.
¿Miles de drones en uso? La simulación se basó en datos reales de posicionamiento orbital de Starlink y modeló cómo se comportaría la señal sobre el este de China durante doce horas. Los investigadores colocaron una red virtual de bloqueadores a una altitud de 20 kilómetros y a una distancia de cinco a nueve kilómetros, como si formaran un tablero de ajedrez en el cielo. El estudio supone que estos nodos podrían instalarse en drones, globos o plataformas aéreas similares y podrían soportar sistemas de interferencia coordinados. Con una potencia de 26 dBW y antenas de haz estrecho, cada nodo logró bloquear una media de 38,5 kilómetros cuadrados. Con esta eficiencia, se necesitarían al menos 935 unidades para cubrir un área del tamaño de Taiwán, sin redundancias, fallos ni barreras geográficas como montañas.
Los propios autores reconocen que sus resultados son sólo una aproximación. Explican que no tienen datos reales sobre los patrones de radiación de los terminales ni sobre los coeficientes de rechazo de señal medidos, lo que limita la precisión de la simulación. Tampoco conocen los mecanismos internos de adaptación de Starlink frente a interferencias coordinadas. Sin embargo, creen que el modelo sirve para estimar el alcance del esfuerzo requerido y abre una línea de estudio que permite cuantificar, aunque de manera imperfecta, cómo funcionaría una estrategia de bloqueo en un escenario del mundo real.
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Los investigadores chinos querían saber si era posible bloquear Starlink en Taiwán; ahora tienen una respuesta desagradable
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Por Javier Márquez.



