Hay más robots en las fábricas chinas que en el resto del mundo. La estrategia de Pekín ya es un golpe de autoridad global – Desde dentro
Cierra los ojos por un momento e imagina El país con más robots en sus fábricas. Lo lógico sería


Cierra los ojos por un momento e imagina El país con más robots en sus fábricas. Lo lógico sería pensar en Japón, y algunos también incluirían a los Estados Unidos en Quiniela. Sin embargo, los últimos números indican otro objetivo y hacen esto claro: China, donde los robóticos han detenido un experimento para convertirse en un pulso diario de producción. Debe declararse desde el principio: no hablamos sobre exhibición de humanoides, sino de robots en soldadura industrial, manipulación y ensamblaje, que cambian de manera, como ya se produce a una velocidad.
El último informe La foto más clara de este fenómeno ofrece de la Federación Internacional de Robótica. Solo en 2024, las fábricas chinas instalaron alrededor de 300,000 robots industriales, un número más alto que el resto del mundo combinado. Al mismo tiempo, todo el parque superó dos millones de unidades activas, muy por encima de cualquier competidor. En contraste, Estados Unidos agregó 34,000 nuevos robots a la producción, y Japón dejó alrededor de 44,000, lo que confirmó el tamaño del salto chino.
China no solo compite, ya domina
La hegemonía de China en las autoridades industriales no apareció de la nada. Las fábricas se han instalado desde 2017 Entre 145,000 y 295,000 robots anualesCon un salto particularmente fuerte desde 2021. La pandemia apenas ralentizó este progreso, y en 2024 el número nuevamente fue alrededor de 300,000 unidades. En contraste, Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y Alemania no solo comenzaron una disminución registrada de volúmenes mucho más modestos, sino también en las últimas estadísticas.
El siguiente paso en la estrategia china no fue solo instalar robots, sino también producirlos a gran escala. Por primera vez, los proveedores chinos vendieron más que los extranjeros en su propio mercado: el 57% de las instalaciones de 2024 eran de origen local. A nivel mundial, Japón sigue siendo el principal país de procesamiento (según la IFR, alrededor del 38% de la atención global). Esta revolución reduce la dependencia, aunque no corresponde a la autonomía tecnológica completa
La política industrial china fue crucial para acelerar la transición a la automatización. La iniciativa Hecho en China 2025 Marcó el primer gran hito en 2015 con el objetivo de R.Educar la dependencia De las importaciones en sectores clave. Seis años después, en 2021, el país aprobó un plan específico para multiplicar el uso de robots de la industria. Esta planificación se sumó a poco interés de los bancos estatales y el apoyo a las compras tecnológicas en el extranjero. El resultado fue un terreno fértil para la expansión de la robótica china.
Cuando se habla de robótica, la imagen más común es la de los humanoides como Optimus o Figura. Sin embargo, los números que llevan a China al plomo solo corresponden a robots industriales: brazos mecánicos que soldan, ensamblan o mueven materiales en la línea de producción. El informe deja humanoides, todavía en una fase experimental y con ventas muy bajas. Sin embargo, el impulso estatal ha creado un ecosistema de nuevas empresas chinas centradas en el humanoide, como:
Los números que traen a China a la cabeza solo corresponden a los robots de la industria.
La integración de la inteligencia artificial en la fábrica no es exclusivamente China: Japón, Corea del Sur, Alemania o Estados Unidos Aplicar con sistemas de visiónFallas automatizadas y goritmos de control de calidad. Lo que distingue a Beijing es la escala con la que esta práctica se ha extendido hasta que se convierte en una parte integral de su estrategia industrial. En muchas plantas, la IA monitorea las máquinas en tiempo real, anticipa desgloses y adapta los procesos. Esta disposición más amplia y coordinada ha multiplicado los efectos de la automatización.
El salto tecnológico también depende de las personas que lo hacen posible. China tiene una gran cantidad de técnicos especializados, desde programadores hasta electricidad de la industria que pueden instalar y mantener robots en entornos complejos. Sin embargo, el informe advierte que la demanda supera la oferta y los salarios de los instaladores que ya han disparado alrededor de 60,000 dólares estadounidenses al año. Esta brecha de talento refleja un cuello de botella global: la automatización no promueve capital y máquinas, pero necesita expertos que los integren en la fábrica.
El liderazgo chino en la robótica de la industria todavía tiene límites claros. Aunque el país ya está produciendo un tercio de los robots mundiales, continúa dependiendo de los suministros extranjeros para algunos componentes clave. Sensores de alta precisión y semiconductores avanzadosPor ejemplo, todavía vienen de Japón y Alemania con décadas de ventaja tecnológica. Este déficit limita la capacidad de China para ensamblar robots con un área más alta, especialmente los humanoides. Incluso con un ecosistema floreciente, la autonomía tecnológica aún no está completa y marca uno de los desafíos pendientes de Beijing.
Aunque China continúa dependiendo de proveedores extranjeros, el peso de su mercado ya es la dinámica global. Al fabricar e instalar más robots que cualquier otro, logra efectos de escala que reducen los proyectos de automatización y presionan los precios internacionales. Su volumen también le ofrece la capacidad de influir en los estándares técnicos y la interoperabilidad del equipo. En la cadena de suministro, el enfoque se centra en Asia y obliga a otros países a adaptarse a un ecosistema en el que China marca el ritmo, incluso sin controlar todas las tecnologías.
El mapa de la robótica industrial ya no se entiende en el centro sin China. En los próximos dos años, la atención determinará si la dependencia de los componentes clave debe reducirse y si mantiene el ritmo de 300,000 nuevas instituciones anuales. Beijing no oculta el hecho de que quiere extender este modelo a los sectores de up up up -y que se acumulan como humanoides y quieren reforzar su peso en las cadenas globales. Para el resto del mundo, la pregunta no es si China continuará conduciendo al volumenPero cómo reaccionar ante una estrategia que combina la escala, la política industrial y las ambiciones tecnológicas.
Fotos | Simon Kadula | Arthur Wang
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