Hay exactamente cinco cosas con las que nunca soñaste al 100%. Y la ciencia ya sabe por qué. – Desde dentro
El mundo de los sueños tiene sus propias reglas. Es un lugar donde lo imposible parece ser parte de

El mundo de los sueños tiene sus propias reglas. Es un lugar donde lo imposible parece ser parte de la rutina, pero paradójicamente, algunas de las tareas más mundanas de nuestras vidas se vuelven imposibles en nuestros sueños. Y eso puede dejarnos con muchas preguntas sobre por qué no soñamos con ciertas cosas.
Los ejemplos. Te advertimos que esto te puede dar vueltas la cabeza, porque la pregunta es obligada: ¿alguna vez has intentado leer un texto en un sueño? (si lo recuerdas) o ¿Sacaste tu teléfono y descubriste una interfaz incomprensible? Todo esto no es casualidad, porque en realidad hay algunas cosas con las que nunca podremos soñar de la forma que todos esperábamos (aunque sean sueños muy reales).
Hay una explicación. Ciencia tiene varias razones en su regazo para convencernos de por qué elementos de la vida moderna como el teléfono inteligente o las interfaces de computadora tienen poco lugar en nuestros sueños. Todo se centra en esa actividad durante el sueño REM en las redes prefrontales del cerebro se reducen considerablemente. Y aquí es exactamente donde se “almacenan” el control ejecutivo y el lenguaje.
Entonces, cuando estas neuronas “duermen” durante el sueño, no podemos leer un texto correctamente ni siquiera sostener un teléfono inteligente en la mano.
Cuando dormimos, parece que no queremos trabajar ni utilizar el móvil. Esto se debe a que en este rango temporal se desencadena la actividad del área límbica, relacionada con la parte emocional y visual. Esto da como resultado que el contenido de los sueños sea más asociativo, visual y emocional que las tareas que requieren una gran concentración analítica, como operar una interfaz compleja.
De esta manera, el material de nuestra vida de vigilia no se copia literalmente de los sueños, sino que se integra de forma selectiva y transformada, priorizando la carga emocional sobre la fidelidad funcional.
La pesadilla de la lectura. El mismo principio neurocognitivo que hemos visto explica otro de los fenómenos más conocidos: la incapacidad de leer textos de manera estable. Básicamente, la causa es que los personajes literalmente se «mueven» o se distorsionan porque las redes del lenguaje no se estimulan tanto.
Esto se aplica igualmente a los números, los cálculos matemáticos o la simple tarea de leer la hora en un reloj digital. Los estímulos que requieren una alta precisión simbólica tienden a volverse ilegibles o a cambiar constantemente. Aunque algunos estudios con soñadores lúcidos han demostrado que se pueden realizar operaciones básicas en condiciones experimentales, la estabilidad de los símbolos fuera del laboratorio es casi inexistente.
Sin olor ni sabor. Si bien la vista y el oído dominan el paisaje onírico, otras modalidades sensoriales están prácticamente ausentes. Los estudios sistemáticos basados en diarios de sueño lo demuestran consistentemente. Las experiencias del olfato y del gusto son extremadamente raras.
Se estima que ocurre en aproximadamente el 1% de todos los relatos de sueños. Incluso en experimentos de laboratorio que manipulan el ambiente olfativo durante la noche, la mayoría de los participantes informan que no huelen nada en sus sueños, lo que refuerza la idea de que los sentidos químicos son raros en este estado.
El espejo. Es otro fenómeno bastante común en los sueños: es casi imposible verse en el espejo. En los sueños, esto se genera principalmente de arriba hacia abajo, es decir, desde las propias redes cerebrales y con muy poca o ninguna información sensorial del exterior.
Esta es la razón por la que los detalles de alta resolución, como una cara reflejada, un texto o una interfaz de usuario, tienden a cambiar o distorsionarse tan pronto como intentamos examinarlos de cerca. La estabilidad visual no es la norma.
El contenido ancestral. En marcado contraste con la ausencia de teléfonos móviles o libros, un tipo de contenido parece estar sobrerrepresentado: las amenazas. Es muy común soñar con ser perseguido, caer, estar expuesto a peligros o incluso elementos como tormentas o serpientes. Y muchas veces lo recordamos perfectamente porque nos despertamos sudando o con el corazón acelerado en ese preciso momento.
que apoya lo conocido “Hipótesis de simulación de amenazas” (TST), propuesta por el filósofo Antti Revonsuo. Esta teoría sugiere que los sueños pueden tener una función evolutiva: sirven como «entrenamiento» virtual para practicar cómo responder al peligro en la vida real. Sin embargo, la propia literatura científica indica que esta hipótesis, aunque plausible y respaldada, también es objeto de debate y produce resultados mixtos cuando se compara entre diferentes culturas y entornos.
Imágenes | shane
En | Hace años descubrimos que los sueños de nuestros antepasados no eran los mismos que los nuestros. Miles de personas están intentando introducir el sueño bifásico en sus vidas.


