¿Dolor, urgente o inflamación? Esto es prostatitis, según Harvard
La prostatitis, que se refiere a la inflamación de la glándula prostática, es una condición médica que puede manifestar

Un aspecto clave en el manejo de la prostatitis es la identificación precisa de su categoría. Por ejemplo, las infecciones bacterianas agudas pueden requerir atención médica inmediata y, en algunos casos, una estadía en el hospital.
En contraposición, el Síndrome de dolor pélvico crónico (SDPC), que es el tipo más frecuente y no bacteriano de prostatitis, necesita un enfoque terapéutico más amplio y multidisciplinario. Este enfoque puede incluir una variedad de tratamientos que abarcan desde medicamentos hasta fisioterapia especializada y terapia psicológica.
Prostatitis bacteriana: una urgencia médica que demanda acción inmediata
Cuando la prostatitis es provocada por una infección bacteriana aguda, los síntomas suelen aparecer de manera súbita y con gran intensidad. Entre estos síntomas se pueden incluir fiebre alta, dolores significativos en la parte baja del abdomen, presencia de sangre en la orina o el esperma, así como dificultades para orinar.
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En estos escenarios, Harvard recomienda iniciar el tratamiento con antibióticos de amplio espectro, como las fluoroquinolonas, por un periodo mínimo de cuatro semanas. Si la infección afecta el flujo urinario, esta condición podría generar una emergencia médica que necesita atención inmediata.
Por otro lado, la prostatitis bacteriana crónica puede presentarse de forma menos evidente, y los antibióticos también se indican en estos casos, aunque pueden requerir un tratamiento más prolongado o la combinación de agentes específicos si se evidencia resistencia bacteriana.
El seguimiento clínico en estos casos incluye monitoreo de los niveles de antígeno prostático específico (PSA), que normalmente se incrementa temporalmente durante episodios de inflamación.
En el caso del Syndome de Dolor Pélvico Crónico, el uso de antibióticos no es indicado ya que no se presenta una infección activa. En su lugar, se recomienda el uso de antiinflamatorios, así como medicamentos alfa-bloqueantes que ayudan a relajar los músculos de la próstata, además de vasodilatadores como el Tadalafilo.
Terapias complementarias tales como acupuntura, fisioterapia de liberación miofascial y enfoques psicológicos como la terapia cognitiva conductual han demostrado ser eficaces en la reducción de los síntomas relacionados con esta afección.
Es fundamental, según Harvard, realizar una evaluación exhaustiva para determinar el tipo exacto de prostatitis, ya que un tratamiento incorrecto puede empeorar los síntomas. Posteriormente, el monitoreo de los niveles de PSA permite evaluar la reducción del proceso inflamatorio y detectar posibles patologías subyacentes.
Es importante mencionar que no todos los síntomas relacionados con la prostata indican un cáncer, pero realizar una evaluación médica rigurosa es esencial para garantizar la tranquilidad del paciente.