Arrestan a los maestros por haber atacado a un estudiante con autismo con un silbato
Las autoridades educativas en los Estados Unidos están enfrentando un nuevo escrutinio público. Recientemente, un profesor de la escuela

Las autoridades educativas en los Estados Unidos están enfrentando un nuevo escrutinio público. Recientemente, un profesor de la escuela primaria Bell’s Elementaral School Hill fue acusado de abusar de un niño diagnosticado con autismo utilizando un silbato electrónico como método de control sobre su comportamiento. Este incidente ha generado un debate en torno a la sensibilidad y el conocimiento necesarios para tratar a niños con trastornos del espectro autista, que suelen requerir un enfoque cuidadoso y bien informado sobre cómo manejar diversas situaciones que podrían afectar su estado emocional.
El autismo es una condición que puede hacer que las personas experimenten reacciones intensas e inesperadas, lo que demandará en ocasiones un manejo basado en la empatía y un protocolo claro de intervención en el aula. El contexto del incidente ocurrido a fines del año pasado en Waco ha suscitado una ola de reacciones entre la comunidad, con apelaciones de las autoridades y los padres del niño afectado para lograr justicia y evitar que incidentes de tal magnitud se repitan en el futuro.
¿Qué sucedió en realidad?
La profesora Amber Escamilla habría hecho uso de un silbato electrónico con el fin de controlar el comportamiento del niño, quien estaba equipado con protectores auditivos para prevenir que el ruido extremo detone un comportamiento inapropiado o incluso autolesiones.
Con el paso de los meses, según el reporte emitido por la policía del condado, se observó que el niño comenzó a resistirse cada vez más a asistir a la escuela. Este cambio en su comportamiento fue particularmente alarmante para su madre, quien notó que el niño lloraba y mostraba un evidente temor hacia ciertos sonidos. A pesar de sus esfuerzos por identificar qué ruidos desencadenaban esas reacciones, no pudo determinar el origen del problema.
Los sonidos fuertes pueden inducir reacciones inesperadas. Foto:Tejer
En el informe policial, se menciona que el director de la escuela tuvo que confiscar el silbato a Escamilla. Un empleado dijo que la docente había mostrado el dispositivo durante el tiempo de descanso, indicando que lo usaba «cuando el niño no respondía», asegurándose de que se detuviera cada vez que sonaba. Así lo comunicó la policía en entrevistas con medios locales como KWTX.
Imagen representativa de la ciudad de Texas. Foto:Texas.gov
Perfil de la profesora
Escamilla, quien tiene más de diez años de experiencia en el campo de la educación, comenzó a trabajar en esta institución tras mudarse a Waco. Cuando fue interrogada por las autoridades, manifestó que había adquirido el silbato para actividades recreativas al aire libre. Sin embargo, durante la investigación, admitió haberlo utilizado con varios objetivos, incluyendo el de intentar que el niño acatara las órdenes que le impartía. Esta conducta se consideró perjudicial para el ambiente educativo que la escuela se esfuerza por ofrecer.
Las ciudades están comenzando a adoptar inteligencia artificial. Foto:Tejer
Revelaciones importantes
Un testimonio crucial proporcionó una nueva perspectiva sobre el caso. Una persona no identificada relató haber observado a Escamilla utilizando el silbato en el aula con el objetivo de calmar al niño.
Según la policía, esta persona cubrió sus oídos y solicitó a la profesora que no usara el silbato, pues el niño mostraba señales visibles de dolor y su incomodidad era evidente. Este testigo reportó que el sonido afectó al niño de manera significativa, lo que llevó a preocupaciones adicionales.
Un representante del Instituto Escolar de Waco comunicó que la profesora ya no está asociada a la institución educativa en Texas. Además, mencionaron que el contrato de Escamilla no fue renovado al finalizar su primer año, dado que «las medidas llevadas a cabo no alinean con los valores y expectativas que tenemos para nuestro personal». Si se establece culpabilidad en este caso, se prevé que la maestra enfrente una posible condena de aproximadamente diez años de prisión.
Ricardo Castañeda
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