Anciana muerta y dos hojas de ataque solarial herido
El sábado 17 de mayo comenzó de una manera trágica en el área San José del Pando, al sur

El sábado 17 de mayo comenzó de una manera trágica en el área San José del Pando, al sur de Santa Marta. A primera hora de la mañana, el ruido ensordecedor de disparos resonó en el vecindario, entre las 4:30 y 5:00 a.m. La calma habitual se transformó en una escena aterradora cuando un grupo de hombres encapuchados atacó un hogar en busca de un hombre conocido por el alias «El Mono». Los residentes, atónitos y confundidos, se levantaron abruptamente de sus camas, intentando entender qué estaba ocurriendo.
En medio de este ataque, una mujer de 92 años, identificada como Inés Mercedes Manga Rodríguez, fue víctima de la balacera. Ella se encontraba en su cama, rodeada por su familia, cuando los agresores abrieron fuego indiscriminadamente, sin tener en cuenta la vida de quienes no eran el objetivo. La agresión dejó también a su nieta, María Claudia Ulloa Correa, y a su bisnieta de 10 años, gravemente heridas. Ambas fueron trasladadas de inmediato al Centro Médico, donde permanecen bajo observación médica debido a la gravedad de sus lesiones.
Un fuego cruzado en plena luz del día
Según relatos de testigos, se escucharon al menos veinte detonaciones que resonaron en el aire, seguidas por el sonido de varias motocicletas que se alejaban rápidamente del lugar del asalto. No pasó mucho tiempo antes de que los aterrorizados vecinos, alarmados por el estruendo, emergieran de sus hogares. Al hacerlo, se encontraron con la dolorosa realidad de que una anciana había sido asesinada en su cama, víctima de las balas, mientras su nieta y pequeña bisnieta luchaban por sus vidas.
Ciudad panorámica de Santa Marta. Foto:Civitatis
El ataque parece ser un mensaje dirigido al manga conocido como «Mono» Ulloa, un hombre que supuestamente tiene vínculos con estructuras criminales en la ciudad y que ya había sido blanco de otros atentados en el pasado. El 21 de diciembre de 2024, sus hijos Carlos e Iván Herrera fueron asesinados en circunstancias similares, en las afueras de su hogar. Ahora, la violencia ha vuelto a golpear a su familia, esta vez con la muerte de su madre y su hija.
La violencia no da tregua en Santa Marta
Este ataque se enmarca en una serie de asesinatos que han sacudido a los distritos del sur de Santa Marta en la última semana. El miércoles 14 de mayo y el viernes 16, un hombre identificado como Lewis Meriño Gutiérrez fue asesinado cerca de la iglesia del distrito de María Eugenia. En ese ataque, una mujer inocente también resultó herida. Al día siguiente, Cizer Mejía Paz fue ultimado en el sector de El Pando. Además, el viernes 2 de agosto, otro hombre, Omar Alarcón, también perdió la vida en la zona de María Eugenia. Esa misma noche, cinco jóvenes que conversaban en la esquina del barrio fueron atacados por personas en motocicleta, lo que resultó en dos heridos adicionales. Todos estos incidentes están ligados a la disputa entre pandillas criminales que buscan controlar áreas estratégicas para el narcotráfico y otras actividades ilegales.
Presencia militar y policial en la región
Ante la gravedad de los hechos, el alcalde Carlos Pinedo Cuello ordenó reforzar la presencia de las fuerzas públicas en los distritos del sur. Se han desplegado soldados y unidades de la Policía Metropolitana en puntos estratégicos de la ciudad para intentar frenar la escalada de violencia que acecha a la comunidad.
El ejército ya está presente en el área. Foto:Redes sociales
El alcalde declaró: «No permitiremos que los delincuentes siembren el terror en nuestras calles. Nuestras instituciones están trabajando y no pararán hasta que logremos recuperar la paz en estos sectores afectados por la violencia». Sin embargo, muchos residentes se sienten atrapados entre el fuego cruzado. El miedo ha invadido a la comunidad, y muchos expresan la necesidad urgente de garantías de seguridad. «Aquí sufrimos los inocentes. Ni siquiera podemos dormir en paz», comentó un residente del distrito de El Pando.
La vida truncada por el crimen
La muerte de Doña Inés ha causado un profundo impacto en la comunidad. Era conocida por su alegría, vitalidad y carisma. A pesar de su edad avanzada, era una mujer activa y muy querida por sus vecinos. Este no fue el primer episodio trágico en su vida: en 1996, durante el Día de la Madre, tres de sus hijas murieron en la comuna de Ciénaga, su lugar de origen.
Su historia es un reflejo de la violencia desenfrenada en Santa Marta, que no distingue entre edades ni inocencias. Hoy, su nombre se suma a la sombría lista de víctimas de la guerra urbana que afecta a ciudadanos comunes. Las autoridades continúan con las investigaciones pertinentes, pero la comunidad de Samario exige urgentemente acciones efectivas y decisivas que devuelvan la paz a sus vidas.
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Capturando «Gardel», ex cantantes Foto:
Roger Urieles durante Santa Marta. En x @Rogeruv [email protected]