¿Quién es y cómo vivía Narco en la pobreza de Tumaco, pero creó un imperio en una alianza con el «Cartel Sinaloa»?
El registro que acusa a José Feliciano Góngora Solís, conocido como «El Chano» o «El Viejo», en el ámbito

El registro que acusa a José Feliciano Góngora Solís, conocido como «El Chano» o «El Viejo», en el ámbito del tráfico de drogas que conecta la costa del Pacífico colombiano con América Central y, en última instancia, Estados Unidos, revela un individuo que, a pesar de su implicación en actividades criminales, se esforzó por mantener un perfil bajo. En su localidad natal, los recuerdos de su presencia son difusos, opacados por la naturaleza clandestina de su operación.
Estaba creciendo entre los cultivos de coca
Uno de los bienes inmuebles de la compañía, ocupado en Tumaco, Nariño. «Chano» vino de la red.
Foto:
Oficina del Fiscal General
«Chano» se forjó en medio de los cultivos de cacao en la región de Nariño, al igual que su hermano Carlos Góngora, quien fue extraditado a Estados Unidos en 2014. La familia de «Chano» se ha visto involucrada en actividades ilegales y millonarias, incluyendo su cuñado, apodado «el alcalde».
Durante su infancia, «Chano» creció entre viviendas precarias, tanto de cañabrava como de concreto, en una zona caracterizada por la pobreza que define a la costa del Pacífico colombiano. Sin embargo, como muchos niños en la región, incluidos sus conocidos de Buenos Aires, «Chano» pronto se vio arrastrado a la dinámica del narcotráfico, dado que su propia familia ya había iniciado su inmersión en este mundo criminal.
El Centro de Estudios Legales y Sociales ha señalado que «Nariño es un epicentro en la producción de hojas de coca en Colombia», con 14 enclaves productivos, de los cuales seis se localizan en este departamento.
De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y los Delitos (UNODC), la zona del Pacífico, que comprende los departamentos de Nariño, Valle, Cauca y Chocó, está centrada en más de 90,000 hectáreas, siendo Nariño la región con aproximadamente 60,000 hectáreas destinadas al cultivo, con Tumaco como uno de los focos de tráfico de drogas, lo que le ha otorgado un estatus de alta violencia en los últimos años.
En Tumaco, «Chano» comenzó a establecer contactos para dedicarse a la producción de coca en áreas rurales. No obstante, aparentaba ser un individuo que buscaba permanecer en la sombra y evitar la atención pública.
Es posible que esta búsqueda de discreción explique la existencia de algunas de las 24 propiedades adquiridas, que incluyen viviendas y 11 plantas comerciales en Tumaco. Estas propiedades están relacionadas con la red de «Compañía», parte del entramado de «Khano».
Las ostentosas casas construidas por «Chano» también albergaban más de veinte vehículos, todos ubicados en Tumaco y cuyos bienes serían objeto de acciones legales de extinción de dominio en 2025.
Uno de los bienes inmuebles de la compañía, ocupado en Tumaco, Nariño. «Chano» vino de la red.
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Oficina del Fiscal General
Góngora Solís es considerado uno de los narcotraficantes a quienes la DEA identificó hace aproximadamente nueve años en Nueva York, siendo uno de los más elusivos debido a su tendencia a evitar excesos y escándalos públicos.
A pesar de su perfil bajo, no pasó desapercibido para las autoridades; se movía en aguas pacíficas para enviar drogas a otros países, como Estados Unidos, con envíos de hasta 4,000 kilogramos en cada operación.
José Feliciano Góngora Solis.
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Oficina del Fiscal General
En su Tumaco natal, «Chano» tejió una red de tráfico de drogas en colaboración con Gerson Camilo Torres Ramos, otro local, en un momento en que había cerca de 16,690 hectáreas de cultivos ilegales en las áreas rurales de Nariño.
Con el tiempo, «Chano» amplió su organización, colaborando con la columna «Daniel Aldana» y «29», derivada de la extinta guerrilla de FARC, y buscando la ayuda de expertos ecuatorianos para formar a sus hombres en tácticas de evasión ante las autoridades, con el objetivo de enviar drogas a América Central.
De esta forma, «Chano» se especializó en el empaque de cocaína en bolsas impermeabilizadas, que permitían su ocultamiento en el mar en caso de persecución por parte de las fuerzas policiales de Colombia o de otros países.
José Feliciano Góngora Solís.
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Oficina del Fiscal General
Su red de contactos le permitió establecer alianzas con clanes como «Úsuga», conocido hoy como el «Clan de la Bahía»; «Sinaloa» y «Compañía».
Sin embargo, en 2022, un conocido de «Chano», Torres Ramos, fue detenido junto a otros cuatro individuos mientras intentaban sacar 800 kilogramos de cocaína del país. La captura fue resultado de una operación conjunta de la Oficina del Fiscal General y la Marina Nacional. Esta detención formó parte de un proceso más amplio que dio lugar a la confiscación de 14,900 kilogramos de cocaína vinculados a «Khano», a raíz de múltiples operaciones en su contra.
Uno de los bienes inmuebles de la compañía, ocupado en Tumaco, Nariño. «Chano» vino de la red.
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Oficina del Fiscal General
La red de «Chano» comenzó a fracturarse tras el asesinato de Yeison Segury Mina, conocido como Don I, disidente de la antigua guerrilla de FARC «29», que había participado en el acuerdo de paz en La Habana, Cuba, en 2016.
Don I había proporcionado financiamiento de entre 140,000 y 160,000 dólares para el alquiler de un bote que transportaba drogas desde Tumaco.
Además de su extenso imperio criminal, «Chano» cultivó alianzas con grupos armados ilegales, cuya influencia alcanzó a Cali, la capital de Valle del Cauca. También contó con la colaboración de funcionarios estatales que le brindaron protección y respaldo en sus actividades ilícitas; en 2017, se identificó la complicidad de al menos 15 funcionarios públicos.
El interés del gobierno estadounidense comenzó a crecer a medida que se desarrollaban las negociaciones que involucraban a «Chano» y su hermano, buscando obtener beneficios a partir de su delación.
El 15 de diciembre de 2016, «Chano» se trasladó a Nueva York, donde finalmente se entregó a las autoridades estadounidenses, aunque previamente había considerado una entrega en Panamá.
Tras su captura en Estados Unidos, «Chano» dejó el control de su vasta organización a su cuñado, Diego Fernando Pizarro, conocido como «el alcalde», quien había buscado una candidatura en Tumaco durante las elecciones de 2015.
Bienes como resultado de la extinción del dominio
La Oficina del Fiscal General ha anunciado recientemente la extinción del dominio de 56 propiedades ubicadas en Tumaco (Nariño), cuyo valor supera los $13,400 millones.
Las pruebas reunidas por la Oficina del Fiscal General demuestran que estos bienes tienen un origen ilegal, ya que estaban a nombre de individuos que carecían de una fuente de ingresos legal y estable que les permitiera adquirirlos y mantenerlos, según el informe presentado por dicha oficina.
«Estos inmuebles fueron adquiridos por miembros de la estructura criminal de la «Compañía de Los Ángeles», incluyendo a su principal líder, José Feliciano Góngora Solís, alias Chano, con dinero proveniente de la exportación de clorhidrato de cocaína desde la costa colombiana hacia Estados Unidos y Centroamérica», se señala en el informe.
«Chano» acumuló riqueza como resultado de estas actividades ilícitas, utilizando testaferros durante años para ocultar el verdadero origen de su fortuna.
Ante esta situación, la Fiscalía General ha llevado a cabo acciones coordinadas con la Policía Nacional para implementar medidas cautelares y asegurar los activos que están sujetos a decomiso.
Los bienes afectados incluyen un total de 24 propiedades, 21 vehículos de lujo, y 11 plantas comerciales, que serán administrados por la Sociedad de Activos Especiales (SAE).
Entre estas propiedades se encuentran viviendas situadas en distritos de clase media que, a pesar de su estatus, contemplan lujos como piscinas y jacuzzis.
Situación legal
La Fiscalía ha recordado que todas las actividades se realizan bajo el principio de presunción de inocencia, tal como se establece en el artículo 29 de la Constitución Política y el artículo 7 de la Ley 906 de 2004.
Carolina Boorquez
Corresponsal de
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