¿Qué han hecho diferente México y Brasil para superar la presión de Donald Trump que Colombia no pudo evitar? – Desde dentro
Mientras presidente gustavo petro enfrenta la mayor crisis diplomática y política de su gobierno luego de ser incluido por





Mientras presidente gustavo petro enfrenta la mayor crisis diplomática y política de su gobierno luego de ser incluido por la administración de Donald Trump en la «lista Clinton», que impone sanciones financieras y restringe las transacciones económicas, otros líderes de la región con agendas igualmente izquierdistas -como Claudia Sheinbaum, en México; Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil; o Gabriel Boric, en Chile- Han logrado mantener relaciones más pragmáticas con Donald Trump y el gobierno estadounidense.
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Y lo que comenzó con contrainterrogatorios –Petro invitando a la insubordinación del ejército estadounidense en Nueva York y Trump acusándolo de ser el “líder del narcotráfico” en Colombia– desembocó en un episodio sin precedentes: la inclusión del Presidente de Colombia en la lista de Nacionales Especialmente Designados (SDN) del Ministerio de Hacienda.
El presidente Gustavo Petro pidió al ejército estadounidense que no obedezca a Trump en Nueva York. Foto:Presidencia
Aunque el alcance legal de la acción aún no está claro, el mensaje político es inequívoco: Washington decidió escalar el enfrentamiento con el gobierno colombiano a niveles nunca antes vistos, metiéndolo en la cruzada directa contra el terrorismo.
El caso contrasta marcadamente con la cautela diplomática de otros líderes progresistas de la región, quienes, a pesar de sus críticas al intervencionismo estadounidense y la imposición de aranceles, Evitaron llevar sus diferencias ideológicas a un nivel personal o una confrontación abierta.
El pragmatismo como escudo de los líderes latinoamericanos contra Trump
Claudia Sheinbaum, presidenta de México desde 2024, enfrenta un contexto especial por la proximidad geográfica e interdependencia económica con Estados Unidos. Su gobierno representa la continuidad de la izquierda mexicana tras la era de Andrés Manuel López Obrador y se posiciona como un claro opuesto ideológico a Donald Trump.
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Pero a diferencia de Gustavo Petro, Sheinbaum ha elegido un enfoque pragmático que prioriza los intereses nacionales sobre las confrontaciones ideológicas.
«Con un discurso institucional y menos ideológico que el de su antecesor, López Obrador, Sheinbaum hace concesiones externamente mientras se proyecta internamente como una firme defensora de la soberanía mexicana. «Ha logrado esquivar la retórica de Trump, fortalecer la posición de México como socio estratégico indispensable y evitar enfrentamientos personales o intercambios de agravios», afirmó el analista internacional Daniel Zovatto.
En la práctica, esto lleva a mantener canales de diálogo abiertos, priorizar la cooperación migratoria, proteger los intereses comerciales y fortalecer la seguridad fronteriza. Esta estrategia ha permitido a México equilibrar la defensa de su soberanía con la necesidad de mantener una relación estable con Washington.
El expresidente de México, Andrés Manuel López Obrador, también chocó con Trump. Foto:EFE
Esto no significa que evite pronunciarse sobre lo que considera injusto: se ha mostrado firme en sus posiciones, pero consciente de los riesgos y límites de la confrontación directa. Rechazó la propuesta de Trump de enviar tropas estadounidenses al sur de la frontera para luchar contra los cárteles y se negó a apoyar su afirmación de nombrar al Golfo de México como «Golfo de América».
Recientemente, por ejemplo, volvió a condenar los ataques de las fuerzas armadas estadounidenses contra barcos supuestamente conectados con el Caribe y el Pacífico. «No estamos de acuerdo. Hay leyes internacionales sobre cómo abordar el presunto transporte ilegal de drogas», dijo en una conferencia de prensa.
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También ha optado por enviar un mensaje de calma ante la inesperada ruptura de las conversaciones comerciales entre EE.UU. y Canadá, relacionadas con un posible acuerdo tras la imposición de aranceles del 35 por ciento.
Este escenario genera incertidumbre sobre el futuro del acuerdo México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), que sustenta alrededor del 83% de las exportaciones mexicanas. “Esperaremos a ver cómo avanza la relación con Canadá. En cuanto a México, estamos muy avanzados”, dijo el viernes el presidente mexicano.
Trump, por su parte, reconoce las cualidades de Sheinbaum, pese a afirmar en más de una ocasión que México está «gobernado por cárteles». «Respeto mucho a la presidenta, es una mujer extraordinaria y valiente, pero México tiene que defenderse de eso (los cárteles)», dijo durante la misma conferencia de prensa donde llamó «matón» a Petro por segunda vez.
Donald Trump, presidente de los Estados Unidos. Foto:Getty Images vía AFP
Cinco meses antes, tras la negativa del presidente a recibir tropas estadounidenses, la había descrito como «una mujer encantadora», aunque añadió que «tiene tanto miedo de los cárteles que ni siquiera puede pensar con claridad».
Eso no significa que haya una relación completamente armoniosa o que Trump ignore el conflicto.. México ahora está tratando de evitar un aumento de aranceles de hasta un 30 por ciento sobre sus exportaciones a Estados Unidos a través de un nuevo acuerdo binacional que cubriría seguridad, migración y comercio.
El resultado de esta forma de relacionarse con Trump parece haber tenido un efecto positivo en la percepción interna del gobierno: según encuestas nacionales de El Financiero y MITOFSKY para El Economista, la aprobación de Sheinbaum está entre 71,6 por ciento y 75 por ciento. Asimismo, la evaluación de su manejo de la relación con Estados Unidos supera el 67 por ciento. «Este equilibrio ha ayudado a mantener la popularidad interna», añade Zovatto.
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León Valencia, director de Pares, coincide con esta frase, habiendo observado este efecto en México y Brasil -también en Chile con Boric-, aunque lo percibe con menos claridad en Colombia. «Las amenazas de Trump y Rubio han beneficiado la popularidad de Lula en Brasil y de Claudia Sheinbaum en México y, obviamente, también, Le han dado alas a la izquierda chilena, que hasta hace unos meses parecía perdida ante el ascenso de la derecha. ¿Pasará esto en Colombia?”señaló.
El camino del diálogo: la estrategia de Lula contra Trump
En 2023, Luiz Inácio Lula da Silva regresó a la presidencia de Brasil, sucediendo a Jair Bolsonaro, quien había sido uno de los aliados más cercanos de Trump en la región. El juicio y la condena de 27 años contra el expresidente por su complot golpista se ha convertido en el eje de las recientes tensiones entre Washington y Brasilia.
Desde hace meses, Eduardo Bolsonaro, uno de los hijos del expresidente, intenta que la Casa Blanca interceda para evitar el encarcelamiento de su padre, hechos por los que fue acusado por los fiscales en septiembre. La intervención finalmente se produjo en julio, cuando Trump tomó medidas sobre el tema.
Jair Bolsonaro fue condenado a 27 años de prisión. Foto:EFE/André Borges
Estados Unidos respondió imponiendo aranceles extraordinarios del 50 por ciento a Brasil -los más altos del mundo en ese momento-, lo que llevó al país a fortalecer sus vínculos comerciales con China, uno de sus socios clave del BRICS. Al mismo tiempo, sancionó al juez Alexandre de Moraes, a cargo del caso, con medidas normalmente reservadas para graves violaciones de derechos humanos, incluido un bloqueo económico casi total en territorio americano.
“Un exjefe de Estado (Bolsonaro) fue condenado por atacar al Estado democrático de derecha. Fue investigado, acusado, juzgado y responsabilizado por sus acciones, y todo ello en un proceso muy exhaustivo. Tienes derecho a defenderte, algo garantizado. «Brasil envió un mensaje a los autócratas en ciernes y a quienes los apoyan: nuestra democracia, nuestra soberanía no son negociables», respondió Lula da Silva en su reciente discurso en la Asamblea General de la ONU.
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Para Daniel Zovatto, Lula ha sabido aprovechar las ventajas estructurales de Brasil –entre ellas que el superávit comercial lo tiene Estados Unidos y no Brasil, además de su peso específico y su papel activo en la política internacional– para implementar una diplomacia de «equilibrio dinámico» que combina autonomía, pragmatismo y liderazgo regional.
«Aunque Lula se ha mostrado firme en la defensa de la soberanía brasileña y en la no injerencia en los asuntos internos -especialmente en materia judicial-, al mismo tiempo ha mantenido abiertos los canales de negociación a través de su vicepresidente y su ministro de Asuntos Exteriores. «Ha intentado, con gran pragmatismo, combinar la defensa de la soberanía con el diálogo, para intentar reducir las tensiones sin perder autoridad».señaló el analista.
Prueba de ello es la propuesta que Lula presentó antes del inicio de la cumbre de la ASEAN en Malasia, que comienza este domingo y donde tiene previsto reunirse con Trump.
Lula da Silva, el presidente de Brasil, se reunirá con Trump la próxima semana. Foto:AFP
El presidente brasileño abordó la necesidad de unir fuerzas con los países latinoamericanos para luchar contra el narcotráfico. «Si el presidente Trump quiere discutir este tema conmigo, tendré el inmenso placer de discutirlo con él», dijo el viernes. Otro de los temas centrales del encuentro serán los aranceles, en los que Lula dijo estar dispuesto a «demostrar que hubo un error en su aplicación».
Lo que se observa en este escenario es que mientras Lula y Sheinbaum Intentan reducir las tensiones y mantener abiertos los canales de negociación, La situación en Colombia presenta un panorama diferente. Como señala Eduardo Pastrana, profesor de política exterior de la Universidad Javeriana, esto podría generar un sentimiento de victimización que aísle aún más a Petro frente a lo que se percibiría como una agresión externa, que eventualmente podría capitalizarse políticamente.
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«El presidente ha intentado aprovechar el choque, pero no ha sido del todo efectivo. Pero con medidas más contundentes puede crear un sentimiento diferente en la opinión pública», «Provocan una percepción de victimización frente a una agresión imperial excesiva, y esa reacción podría capitalizarse políticamente».Pastrana concluyó en un diálogo en el canal de YouTube de EL TIEMPO.
Los analistas recuerdan, sin embargo, que la cautela de Lula o Sheinbaum no significa sumisión a Trump. Su personalidad, caracterizada por decisiones abruptas, enfrentamientos públicos y un estilo autoritario, Obliga incluso a los líderes experimentados a medir cada gesto y cada palabra.
CAMILO A. CASTILLO – EDITOR INTERNACIONAL -@camiloandres894



